La inversión extranjera ha cobrado una relevancia significativa en el sector inmobiliario mexicano, especialmente en las últimas décadas; de ahí que, Roberto Guzmán García, señala que los efectos de esta dinámica son múltiples y complejos, presentando tanto oportunidades como desafíos para el país.
En cuanto a los beneficios, el experto mexicano explica que uno de los más notorios es el incremento en la creación de empleos.
Esto, porque según el especialista en el sector inmobiliario, los proyectos impulsados por inversiones extranjeras suelen requerir mano de obra en diversos niveles, promoviendo no solo el empleo, sino también la capacitación de trabajadores.
Además, la inversión extranjera suele generar un aumento en la calidad de los desarrollos inmobiliarios, esto luego de que las empresas extranjeras a menudo traen consigo estándares internacionales y tecnologías avanzadas que optimizan el uso del suelo y elevan las prácticas constructivas.
Otro efecto positivo, de acuerdo con la experiencia de Roberto Guzmán García es el fortalecimiento de la infraestructura urbana.
Esto último dado que, la inversión extranjera frecuentemente va acompañada de mejoras en servicios públicos como agua, electricidad y transporte, beneficiando así a la población local.
Contras de la Inversión Extranjera
Sin embargo, el experto mexicano también advierte que no todo “es miel sobre hojuelas” con respecto a la inversión extranjera; ya que, existen contras asociadas con la creciente presencia de este tipo de capital en el sector inmobiliario.
Según Roberto Guzmán García, uno de los problemas más preocupantes es el fenómeno de la gentrificación.
“A medida que los inversores extranjeros adquieren propiedades en barrios populares, se produce un aumento en los precios de la vivienda que puede desplazar a los residentes originales, quienes no pueden enfrentar el costo de vida elevado” acota el también especialista en commodities.
A lo que agrega: “Este fenómeno se ha observado en varias colonias de la Ciudad de México y en destinos turísticos como Tulum, donde los habitantes locales han visto mermadas sus posibilidades de acceso a la vivienda”.
Asimismo, el experto mexicano apuna a que la dependencia de la inversión extranjera puede desestabilizar el mercado inmobiliario local toda vez que, en contextos de crisis económica o cambios en políticas externas, las empresas extranjeras pueden reconsiderar o retirar su inversión, afectando a miles de trabajadores y pequeños negocios locales que dependen de esos proyectos.
Por último, Roberto Guzmán García añade que existe el riesgo de que la inversión extranjera esté orientada hacia intereses de corto plazo en lugar de un desarrollo sostenible a largo plazo, lo que podría resultar en edificaciones que no consideran adecuadamente el impacto ambiental o social, contribuyendo a problemas mayores como la contaminación y la ineficiencia en el uso del espacio urbano.
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