El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves una nueva prórroga de 90 días para evitar la entrada en vigor de nuevos aranceles del 30% a las importaciones mexicanas. La decisión fue tomada tras una llamada telefónica de 40 minutos con la presidenta Claudia Sheinbaum, quien calificó el acuerdo como “el mejor posible” para México.
A través de su red social Truth Social, Trump explicó que la prórroga se otorga bajo las mismas condiciones del acuerdo previo: México continuará pagando un arancel del 25% sobre el fentanilo, un 25% sobre automóviles y un 50% sobre acero, aluminio y cobre. Además, aseguró que México acordó eliminar de inmediato “numerosas barreras no arancelarias”, sin detallar cuáles.
Sheinbaum celebró el resultado de la conversación. “Evitar el aumento de aranceles anunciado para el 1 de agosto es un logro. Tenemos 90 días para construir un acuerdo de largo plazo”, declaró en conferencia desde Palacio Nacional.
El acuerdo implica que, aunque se evita una nueva escalada, los gravámenes ya existentes se mantienen. La mandataria aseguró que no se requerirán nuevas acciones inmediatas por parte de su administración, más allá de continuar el diálogo bilateral.
El mandatario estadounidense justificó su decisión por las “complejidades únicas” de la relación fronteriza con México. En comparación con otros países, dijo, la negociación con su vecino del sur requiere un enfoque distinto debido a la interdependencia económica y los temas compartidos de seguridad.
Durante la llamada, Trump estuvo acompañado por altos funcionarios de su gabinete, como el vicepresidente JD Vance, el secretario del Tesoro Scott Bessent y el secretario de Comercio Howard Lutnick. Este último declaró que México “ahora entiende” que cualquier acuerdo comercial debe enfrentar las crisis del fentanilo, la inmigración ilegal y el déficit comercial entre ambos países.
El representante de Comercio, Jamieson Greer, también señaló que estos 90 días serán cruciales para consolidar un acuerdo que podría redefinir el marco de cooperación económica bilateral.
En México, el anuncio de la prórroga fue bien recibido, pero no exento de presión. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, explicó que el gobierno federal realizará operativos quincenales en aduanas y puntos de venta informal para frenar la piratería de productos asiáticos, como parte de los compromisos informales alcanzados con Washington.
El titular del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Santiago Nieto, añadió que se trabajará con el INEGI para mapear los mercados donde opera el contrabando. El objetivo es mostrar a Estados Unidos que México cumple con sus obligaciones comerciales, especialmente en sectores como el farmacéutico, textil y del calzado.
Según datos del gobierno mexicano, solo el 16% de las exportaciones hacia Estados Unidos se realizan fuera del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), aunque la Oficina del Censo de EU estima que esa cifra podría alcanzar hasta el 49%.
La economía mexicana ha mostrado resiliencia. Durante el segundo trimestre del año, el PIB creció un 0.7%, impulsado por el sector industrial y los servicios. México sigue siendo el principal socio comercial de Estados Unidos, con exportaciones por más de 219 mil millones de dólares entre enero y mayo de este año, un aumento del 6% respecto al mismo periodo de 2024.
Sin embargo, persiste la incertidumbre. Los aranceles activos continúan afectando a sectores clave como el automotriz y la metalurgia. Además, un arancel general del 30% habría impactado a 41 ramas productivas de la economía nacional.
La moneda mexicana reaccionó positivamente a la extensión del acuerdo. El peso cerró con una apreciación del 0.52%, cotizando en 18.77 pesos por dólar, a pesar del fortalecimiento del dólar en los mercados internacionales.
La política arancelaria de Trump ha desatado una ola de renegociaciones a nivel global. Estados Unidos ha cerrado principios de acuerdo con países como Japón, Reino Unido, Vietnam, Filipinas y la Unión Europea. Todos estos pactos siguen sin concretarse plenamente, pero han permitido al presidente republicano generar ingresos adicionales mediante tarifas antes inexistentes.
Expertos advierten que estas políticas podrían impulsar la inflación en Estados Unidos si las empresas comienzan a trasladar los costos a los consumidores. Además, la incertidumbre comercial podría afectar la estabilidad económica global en un año clave para la revisión del T-MEC.
México y Estados Unidos están a las puertas de esa revisión programada. Ambos gobiernos buscan resolver diferencias antes de abrir el tratado a nuevas negociaciones formales. Para Sheinbaum, esta prórroga es una oportunidad. “Invertir en México sigue siendo la mejor opción. Tenemos una situación muy buena frente a este nuevo orden internacional”, afirmó.
El secretario Ebrard lo resumió así: “Todo esto se logró sin ninguna otra concesión por parte de México. Nos acercamos a la renovación del tratado con un avance significativo”.
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