La Comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica (CEPALI) de la Conferencia del Episcopado Mexicano, elaboró el subsidio litúrgico-pastoral para la celebración del Miércoles de Ceniza, con el objetivo de prepararnos espiritualmente a vivir la gran fiesta de la Pascua.
Este subsidio litúrgico-pastoral contiene el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2025, y un extracto de las diversas orientaciones litúrgico-pastorales en torno al tiempo de la Cuaresma, y finalmente contiene la propuesta de un rito de imposición de ceniza presidida por un ministro ordenado o dirigida por un laico.
En este tenor, subsidio litúrgico-pastoral refiere que la Cuaresma es el período litúrgico que prepara a los cristianos para la celebración de las fiestas de la Pascua.
Y con el “Miércoles de Ceniza da inicio nuestro camino cuaresmal. Cuarenta días de preparación al evento más grande de nuestra historia de salvación: la resurrección de Cristo. A lo largo de estos días, la Palabra de Dios nos irá guiando paso a paso por el camino de la conversión”.
La ceniza
Entre los signos característicos y los gestos simbólicos con que expresamos el camino de la Cuaresma hacia la Pascua (el ayuno, el color morado, el silencio del aleluya, el viacrucis…) la imposición de ceniza el miércoles que inicia la Cuaresma es uno de los más representativos y elocuentes, al mismo tiempo, es uno de los que más ha calado en la comunidad cristiana, señala el Papa Francisco en su mensaje.
En su mensaje, el Papa Francisco resalta que la recomendación más importante de la Palabra de Dios de este día, es que “no hagamos esto sólo para que nos vean, para quedar bien con los demás o para recibir aplausos. Hagámoslo por convicción personal. Tampoco esperemos cambiar de la noche a la mañana, porque la conversión es un proceso, es entrenarnos y practicar, para transformar poco a poco nuestra vida y nuestras relaciones”.
Ayuno
A partir de este día, Miércoles de Ceniza, inicia de forma oficial la Cuaresma (cuarenta días), misma que antecede a la Semana Santa, en la cual los fieles católicos de entre 18 y 59 años de edad reducen la cantidad de comida, es decir, practican el ayuno y la abstinencia y oración.
Alimentos que NO se deben consumir:
Carne roja como res, cordero y cerdo y los ingredientes que provienen de los mismos como los embutidos.
Carne de aves de corral como el pollo, gallina, pato y pavo, pero sí se pueden consumir los productos de estas especies como el huevo.
Bebidas embriagantes como el vino y otros licores no se permiten, pues la sobriedad es un requisito indispensable para poder llevar a cabo todos los procesos de purificación de cuerpo y alma.
Alimentos que SÍ se deben consumir:
Pescados y mariscos: salmón, atún, camarones, cangrejos, ostras, almejas, bacalao, sardina, tilapia, huauchinango; legumbres, cereales, granos y semillas; frutas y verduras.
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