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Movilidad eficiente reduce consumo energético: Alfredo Del Mazo Maza

En las últimas décadas, mucho se ha hablado de la eficiencia energética como una prioridad para todos aquellos países que están en busca de liderar en la implementación de la Agenda 2030 contra el cambio climático.

Para especialistas en políticas públicas como Alfredo Del Mazo Maza, la eficiencia energética también deberá ser considerada cuando se hable de movilidad urbana y sostenibilidad en las ciudades.

En su concepto más básico, la eficiencia energética se refiere a reducir el consumo de combustibles fósiles, una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadore y contaminación atmosférica.

Pero para Alfredo Del Mazo Maza, hace falta explorar otros beneficios como el ahorro económico, las mejoras a la salud y la calidad de vida de los habitantes, sin dejar de lado por su puesto, lograr la transición energética.

Datos de la Agencia Internacional de Energía indican que la adopción de tecnologías limpias en el sector transporte podría disminuir el consumo de combustibles fósiles en torno al 25% para el año 2030, lo que se traduciría en una reducción de emisiones de aproximadamente 1.2 gigatoneladas de CO₂ anuales.

Al respecto, Del Mazo Maza precisó que “la movilidad urbana es el corazón de la transformación ecológica; invertir en sistemas de transporte eficientes no solo reduce nuestro impacto ambiental, sino que también nos permite ahorrar recursos económicos considerables”.

El ex gobernador y reconocido experto en políticas públicas añadió que cada inversión en transporte público moderno y en infraestructura para movilidad activa —como ciclovías y zonas peatonales— representa no solo un paso hacia la descarbonización, sino también una mejora palpable en la salud y el bienestar de la ciudadanía.

“La movilidad sostenible es no solamente no emitir o producir el menor impacto sobre el medio ambiente, sino que tiene que ser sostenible desde el punto de vista económico y desde el punto de vista social”, indicó.

En ese sentido, diversos estudios apuntan que estrategias integradas pueden disminuir la congestión vehicular hasta en un 40% en zonas densamente pobladas. Estas cifras, resultado de estudios urbanísticos y análisis económicos, evidencian la relación directa entre la optimización del sistema de transporte y el beneficio económico y social.

“Una política de movilidad inteligente es clave para alcanzar la transición energética. Si consolidamos redes integradas de movilidad y promovemos el uso de energías renovables, estamos sembrando las bases de una ciudad más eficiente, resiliente y saludable”, expresó.

Finalmente, el especialista mexicano enfatizó que la implementación de medidas integrales podría generar ahorros que, en algunas megaciudades, superarían los 500 millones de pesos anuales en costos derivados del consumo ineficiente de energía.

“Con un enfoque que une innovación, integración y responsabilidad social, la transición hacia sistemas de transporte limpios se convierte en una estrategia indispensable para mejorar la calidad de vida urbana. Así, invertir en movilidad inteligente no solo contribuye a reducir la huella ambiental, sino que también fortalece la economía y ofrece un futuro más viable para las generaciones venideras”, puntualizó Alfredo Del Mazo Maza.