Categorías: Colima

El gobierno “humanista” que no volteó a ver a las víctimas

Deseoso de pasar a la historia como un gobernante sensible y humanitario, a finales de noviembre de 2022 el presidente Andrés Manuel López Obrador bautizó a su modelo de gobierno como “humanismo mexicano”, pero a pesar de enarbolar esa tesis el mandatario no prestó la atención necesaria a las víctimas de la violencia.

En su discurso al final de la marcha para celebrar sus primeros cuatro años de gobierno, AMLO dijo: “La política es, entre otras cosas, pensamiento y acción. Y aun cuando lo fundamental son los hechos, no deja de importar cómo definir en el terreno teórico el modelo de gobierno que estamos aplicando. Mi propuesta será o sería llamarle humanismo mexicano, porque sí tenemos que buscar un distintivo, humanismo mexicano”.

Entre los principios del “humanismo mexicano” señaló: “En lo político no aceptamos el derrotismo (…) sostenemos que el progreso sin justicia es retroceso. Nuestra tesis es que no basta el crecimiento económico, sino que es indispensable la justicia”, además de que “el fin último de un Estado es crear las condiciones para que la gente pueda vivir feliz y libre de miserias y temores”, así como “desterrar la corrupción y los privilegios para destinar todo lo obtenido y ahorrado en beneficio de las mayorías del pueblo y, de manera específica, en beneficio de los más pobres y marginados”.

Resaltó la frase “Por el bien de todos, primero los pobres” como aquello que “debiera ser la esencia de la actividad política, porque es sinónimo de humanismo y una forma distinta de entender la importancia del poder, cuyo ejercicio, como lo he dicho muchas veces, sólo es puro y virtuoso cuando se pone al servicio de los demás”.

Sin embargo, en los hechos esos principios enunciados por AMLO no cobijaron ni tomaron en cuenta a lo largo de su gobierno a las víctimas indirectas de la desaparición de personas, pues al concluir su administración dejó un sentimiento de decepción y abandono entre colectivos de familiares de personas desaparecidas, por considerar que no se interesó en atender a cabalidad la tragedia del sector poblacional afectado por este fenómeno creciente en el país.

“No cumplió las expectativas ni el compromiso de generar una respuesta del mismo tamaño de la magnitud del problema; tal vez lo que hizo su administración fue apenas un 10 por ciento de lo que realmente se necesitaba”, estimó en su momento en entrevista con este reportero Josefina de León, presidenta de la Red de Desaparecidos en Tamaulipas (Redetam).

La actuación del gobierno federal en el tema de la desaparición de personas fue calificada por la buscadora como “algo decepcionante, porque se requería voluntad política y creo que es lo que faltó”.

Evangelina Contreras Ceja, fundadora del colectivo Desaparecidos de la Costa y Feminicidios de Michoacán (Decofem), señaló a su vez que López Obrador “al principio nos engañó: mostró un poco de interés por la situación de nuestros familiares desaparecidos, pero después se desinteresó por completo”.

Pidió que las autoridades “se pongan a pensar en todas las víctimas, no a querer tapar cifras, sino ponerse a trabajar con todas las familias que tienen un desaparecido; que sean más sensibles al tema, más empáticos con nosotros, que no quieran minimizar el problema”.

Esto, añadió Contreras, “es también un llamado al nuevo gobierno, pues necesitamos que pare todo esto, así como tener paz y justicia, pero lo primero que debe haber es una sola cosa: seguridad, que le echen los kilos a la seguridad en todos los estados”.

La representante del colectivo Flores en el corazón, del Estado de México, Elizabeth Machuca Campos, consideró como “nula” la atención brindada por el presidente al tema de las personas desaparecidas.

“Creo que tiene muchas prioridades, pero no le tomó importancia a pensar por qué siguen desapareciendo las personas”, advirtió.

Muchos de los reproches hacia el “humanismo mexicano” de López Obrador fue en el sentido de que en lugar de fortalecer la búsqueda de las personas desaparecidas se interesó más en enfocar los principales esfuerzos en acciones para disminuir las cifras, mediante el censo que pretendió desmentir que el número de víctimas era el que se mostraba en el registro oficial.

Otra muestra del desinterés presidencial por la situación de las personas desaparecidas y los colectivos de familiares, fue la imposición de la militante morenista Teresa Guadalupe Reyes Sahagún como titular de la Comisión Nacional de Búsqueda a pesar de no cumplir los requisitos establecidos en la ley. Como efecto de lo anterior, la funcionaria ha tenido una serie de choques y desencuentros con las familiares de las víctimas.

Resulta, por decir lo menos, paradójico que un gobierno que se presentó como humanista no haya prestado la suficiente atención a las víctimas de la violencia.

Ahora falta determinar cuál será la actitud del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ante este tema y este sector, aunque ya anticipó que mantendrá la estrategia del censo y no ha dado muestras de alguna intención de remover a la comisionada de búsqueda que le heredó AMLO.

Con información de Pedro Zamora Briseño en Diario Avanzada

TE RECOMENDAMOS LEER: orquesta-de-colima-ofrecio-concierto-navideno-en-manzanillo