El cáncer de mama es una enfermedad en la que células de la mama alteradas se multiplican sin control y forman tumores que, de no tratarse, pueden propagarse por todo el cuerpo y causar la muerte, según la Organización Mundial de la Salud.
Las células cancerosas comienzan a desarrollarse dentro de los conductos galactóforos o de los lobulillos que producen leche del seno. El cáncer en estadio 0 (in situ) no es potencialmente letal y se puede detectar en fases tempranas. Las células cancerosas se pueden propagar al tejido mamario cercano (invasión), y esto produce nódulos o engrosamiento.
Los cánceres invasivos pueden propagarse a los ganglios linfáticos cercanos o a otros órganos (metástasis). Las metástasis pueden poner en peligro la vida y ser letales.
El tratamiento se basa en las características de la paciente, el tipo de cáncer y su propagación. El tratamiento consiste en una combinación de cirugía, radioterapia y medicación.
Magnitud del problema a nivel mundial
En 2022, en todo el mundo se diagnosticaron 2,3 millones de casos de cáncer de mama en mujeres, y se registraron 670 000 defunciones por esa enfermedad. El cáncer de mama afecta a mujeres de cualquier edad a partir de la pubertad, en todos los países del mundo, pero las tasas son mayores entre las mujeres adultas.
Las estimaciones mundiales revelan grandes desigualdades en la carga de morbilidad por cáncer de mama en función del grado de desarrollo humano. Por ejemplo, en países con un índice de desarrollo humano (IDH) muy alto se diagnosticará cáncer de mama a una de cada 12 mujeres en el curso de su vida, y una de cada 71 mujeres morirá por esa enfermedad.
En cambio, en países con un bajo IDH, si bien se diagnostica cáncer de mama a una de cada 27 mujeres en el curso de su vida, una de cada 48 morirá por esa enfermedad.
Quién está en riesgo
Pertenecer al género femenino es el principal factor de riesgo en el caso del cáncer de mama. Aproximadamente, un 99% de los casos de cáncer de mama afectan a mujeres, y entre el 0,5% y el 1% de los casos afectan a varones. El tratamiento de esa enfermedad en los varones sigue los mismos principios que los que se aplican a las mujeres.
Algunos factores aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama, entre ellos el envejecimiento, la obesidad, el consumo nocivo de alcohol, los antecedentes familiares de cáncer de mama, el historial de exposición a radiación, el historial reproductivo (como la edad de inicio de los periodos menstruales y la edad en el primer embarazo), el consumo de tabaco y el tratamiento hormonal posterior a la menopausia. Alrededor de la mitad de los casos de cáncer de mama corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción del género (mujer) y la edad (más de 40 años).
Los antecedentes familiares de cáncer de mama aumentan el riesgo de padecerlo, pero la mayoría de las mujeres a las que se les diagnostica cáncer de mama no tienen antecedentes familiares conocidos de la enfermedad. La falta de antecedentes familiares conocidos no necesariamente significa que una mujer esté menos expuesta a padecer cáncer de mama.
Algunas mutaciones genéticas hereditarias de alta penetrancia aumentan considerablemente el riesgo de cáncer de mama, las más dominantes de las cuales son las mutaciones en los genes BRCA1, BRCA2 y PALB2. Las mujeres a las que se les detectan mutaciones en esos genes importantes pueden plantearse la posibilidad de optar por estrategias de reducción del riesgo, entre ellas la extirpación quirúrgica de ambos senos o un tratamiento quimioprofiláctico.
Signos y síntomas
-La mayoría de las personas no experimentarán ningún síntoma cuando el cáncer esté aún en fase temprana, por lo que es importante la detección precoz.
-El cáncer de mama puede presentar distintas combinaciones de síntomas, especialmente cuando está en una fase más avanzada.
-Los síntomas del cáncer de mama pueden incluir:
nódulo o engrosamiento en el seno, a menudo sin dolor; cambio en el tamaño, forma o aspecto del seno;
aparición de hoyuelos, enrojecimiento, grietas u otros cambios en la piel; cambio en el aspecto del pezón o la piel circundante (aréola); y secreción de líquido anómalo o sanguinolento por el pezón.
Se recomienda a aquellas personas que presenten un nódulo anómalo en el seno que busquen atención médica, incluso si no es doloroso.
La mayoría de los nódulos en los senos no son cancerosos. Es más probable que el tratamiento de los nódulos cancerosos en los senos sea eficaz si los nódulos son pequeños y no se han propagado a los ganglios linfáticos cercanos.
El cáncer de mama puede propagarse a otras partes del organismo y desencadenar otros síntomas. Con frecuencia, el primer lugar más habitual donde se puede detectar la propagación es en los ganglios linfáticos de la axila, aunque es posible tener ganglios linfáticos cancerosos que no puedan detectarse.
Con el tiempo, las células cancerosas pueden propagarse a otras partes del cuerpo, por ejemplo los pulmones, el hígado, el cerebro y los huesos. Cuando alcanzan esas zonas pueden aparecer nuevos síntomas relacionados con el cáncer, entre ellos dolor óseo o cefaleas.
En México
La Cámara de Diputados rememoró ayer el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, en donde diputadas destacan la necesidad de impulsar campañas de información y prevención.
La diputada panista Amparo Lilia Olivares Castañeda sostuvo que el cáncer de mama es una de las principales causas de muerte entre las mujeres y representa un problema de salud pública que no se puede ignorar.
Cada año 1.38 millones de nuevos casos son diagnosticados en el mundo y 458 mil mujeres pierden la vida por esta enfermedad.
Para la diputada del PRI, Ana Isabel González González, la detección temprana marca la diferencia en el cáncer de mama, por lo que invitó a las y los diputados a actuar de la mano para que el próximo 19 de octubre sea un día de concientización y se trabaje por el bien de las mujeres y los hombres que enfrentan esta enfermedad.
Subrayó que las mastografías bajan en un 30 por ciento la prevalencia de padecer cáncer de mama; sin embargo, en el último año sólo el 20 por ciento de las mujeres mayores de 40 años se realizó este estudio clínico, lo cual clarifica la necesidad de impulsar campañas de información y prevención y contar con mayores oportunidades de acceso a estos servicios, así como a garantizar el abasto de los medicamentos para atender este padecimiento.
Mientras que la diputada de MC, Claudia Gabriela Salas Rodríguez, mencionó que hoy hacen falta mujeres que no tuvieron el tiempo ni la información para realizarse una exploración y saber que tenían cáncer, y aquellas que no tuvieron recursos económicos para realizarse una mastografía, ya que, en 2022, de 20 millones de mujeres mexicanas que debieron haberse practicado una mastografía al estar entre 40 y 69 años, solo tres millones se la hicieron.
En México, dijo, de cada cuatro casos de cáncer uno es de mama y las mujeres siguen muriendo por una enfermedad cien por ciento prevenible; por ello, la fecha es una invitación a que en el próximo presupuesto federal se pueda poner como un problema a considerar y que las campañas de prevención lleguen a las zonas más lejanas de las metrópolis.
La Gaceta Mexicana de Oncología comunica que las mamografías permiten reducir la mortalidad por cáncer de mama hasta en un 30%, ya que permiten identificar tumores cuando todavía son pequeños y tratables.
A pesar de la eficacia comprobada de las mamografías, las estadísticas mexicanas son alarmantes. Según datos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), solo el 20% de las mujeres mayores de 40 años en México se han realizado una mastografía en el último año.
En Colima: “Árbol Rosa”
En un emotivo acto de solidaridad y concientización, el personal de Trabajo Social del Hospital General de Zona (HGZ) No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Colima se unió para sembrar el “Árbol Rosa”.
Esta acción simboliza el firme compromiso de las y los trabajadores en la lucha contra el cáncer de mama y se enmarca en las estrategias de sensibilización sobre esta enfermedad.
Las y los pacientes que han vencido el cáncer de mama o están en tratamiento, en compañía del personal directivo, médico, enfermería y Trabajo Social, se unieron para sembrar el árbol y decorarlo con una bandera que representa la victoria, unión y suma de esfuerzos en la lucha contra esta enfermedad. Este gesto busca transmitir un mensaje claro de prevención, con el objetivo de reducir la mortalidad asociada al cáncer de mama.
El “Árbol Rosa” será cuidado por el personal del hospital, simbolizando el acompañamiento y la atención que se brinda a los pacientes en su salud. Cada año, el árbol se vestirá de rosa, recordando la importancia de la prevención y la detección oportuna.
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